Gurb, un extraterrestre en misión secreta a la tierra, se ha perdido en la Barcelona preolímpica. Su pobre compañero extraterrestre iniciará la búsqueda en la jungla urbana. Por su diario personal, iremos conociendo sus increíbles y divertidas peripecias en la ciudad condal.
“Sin noticas de Gurb es el libro más excéntrico de cuantos he escrito” sentencia su autor Eduardo Mendoza sobre las andanzas de su entrañable extraterrestre. Y una de las historias más divertidas que he leído, añado yo.
Mendoza concibió esta historia tras ver una película de ciencia ficción en la televisión. Esa película le inspiró para crear esta odisea de alienígenas tan diferente a lo que estamos acostumbrados en cuanto las novelas de ciencia ficción se refiere. En un principio, la historia de Gurb se concibió como una novela por entregas para un periódico de tirada local, pero finalmente, en el año 1991 fue publicada como libro por la editorial Seix Barral. Esa estructura tan peculiar es una de las razones por las cuales su lectura se hace tan ágil y sencilla.
El alíen protagonista (que no tiene nombre, al menos que sepamos), vive toda clase de situaciones disparatadas en la ciudad y con sus habitantes. Su aventura terrestre transcurre en 24 días, todos ellos documentados detalladamente en una especie de cuaderno de bitácora a lo capitán Kirk en Star Trek, pero de andar por casa. En ese cuaderno, el protagonista apunta las situaciones y apreciaciones sobre los humanos que más le llaman la atención, sus costumbres para él extrañas y las conclusiones a las que llega tras su observación del género humano. A través de este diario alienígena, Mendoza critica la sociedad actual: El consumismo, la importancia del dinero por encima de los seres humanos, el estrés que se vive en las grandes ciudades, etc. Es curioso ver, como el extraterrestre es más “humano” que muchos que se consideran como tal.
Mendoza concibió esta historia tras ver una película de ciencia ficción en la televisión. Esa película le inspiró para crear esta odisea de alienígenas tan diferente a lo que estamos acostumbrados en cuanto las novelas de ciencia ficción se refiere. En un principio, la historia de Gurb se concibió como una novela por entregas para un periódico de tirada local, pero finalmente, en el año 1991 fue publicada como libro por la editorial Seix Barral. Esa estructura tan peculiar es una de las razones por las cuales su lectura se hace tan ágil y sencilla.
El alíen protagonista (que no tiene nombre, al menos que sepamos), vive toda clase de situaciones disparatadas en la ciudad y con sus habitantes. Su aventura terrestre transcurre en 24 días, todos ellos documentados detalladamente en una especie de cuaderno de bitácora a lo capitán Kirk en Star Trek, pero de andar por casa. En ese cuaderno, el protagonista apunta las situaciones y apreciaciones sobre los humanos que más le llaman la atención, sus costumbres para él extrañas y las conclusiones a las que llega tras su observación del género humano. A través de este diario alienígena, Mendoza critica la sociedad actual: El consumismo, la importancia del dinero por encima de los seres humanos, el estrés que se vive en las grandes ciudades, etc. Es curioso ver, como el extraterrestre es más “humano” que muchos que se consideran como tal.
Aquí tenéis un pequeño fragmento:
"14:30 Todavía sin noticias de Gurb. A imitación de las personas que me rodean, decido comer. Como todos los establecimientos están cerrados, menos unos que se denominan restaurantes, deduzco que es ahí donde se sirven comidas. Olisqueo las basuras que rodean la entrada de varios restaurantes hasta dar con una que despierta mi apetito.
14:45 Entro en el restaurante y un caballero vestido de negro me pregunta con displicencia si por ventura tengo hecha reserva. Le respondo que no, pero que me estoy haciendo un chalet de veintidós retretes. Soy conducido en volandas a una mesa engalanada con un ramo de flores, que ingiero para no parecer descortés. Me dan la carta (sin codificar), la leo y pido jamón, melón con jamón y melón. Me preguntan qué voy a beber. Para no llamar la atención, pido el líquido más común entre los seres humanos: orines.
16:15 Me tomo un café. La casa me obsequia con una copa de licor de pera. A continuación me traen la cuenta, que asciende a pesetas seis mil ochocientas treinta y cuatro. No tengo un duro."
Sin noticias de Gurb, es un libro sin pretensiones ni grandes discursos o reflexiones sobre la vida, pero es muy divertido y entrañable. Eduardo Mendoza consigue en pocas paginas que nos encariñemos con este alienígena ingenuo, buenazo y un poco picanton apasionado por los churros. Advertencia: Cuidado al leer esta novela en trasportes o lugares públicos, ya que es imposible reprimir las carcajadas que puede producir.
"14:30 Todavía sin noticias de Gurb. A imitación de las personas que me rodean, decido comer. Como todos los establecimientos están cerrados, menos unos que se denominan restaurantes, deduzco que es ahí donde se sirven comidas. Olisqueo las basuras que rodean la entrada de varios restaurantes hasta dar con una que despierta mi apetito.
14:45 Entro en el restaurante y un caballero vestido de negro me pregunta con displicencia si por ventura tengo hecha reserva. Le respondo que no, pero que me estoy haciendo un chalet de veintidós retretes. Soy conducido en volandas a una mesa engalanada con un ramo de flores, que ingiero para no parecer descortés. Me dan la carta (sin codificar), la leo y pido jamón, melón con jamón y melón. Me preguntan qué voy a beber. Para no llamar la atención, pido el líquido más común entre los seres humanos: orines.
16:15 Me tomo un café. La casa me obsequia con una copa de licor de pera. A continuación me traen la cuenta, que asciende a pesetas seis mil ochocientas treinta y cuatro. No tengo un duro."
Sin noticias de Gurb, es un libro sin pretensiones ni grandes discursos o reflexiones sobre la vida, pero es muy divertido y entrañable. Eduardo Mendoza consigue en pocas paginas que nos encariñemos con este alienígena ingenuo, buenazo y un poco picanton apasionado por los churros. Advertencia: Cuidado al leer esta novela en trasportes o lugares públicos, ya que es imposible reprimir las carcajadas que puede producir.