Piper Chatman es una joven de Connecticut que lleva una vida normal y feliz con su prometido. Pero un mal día, el pasado llama a su puerta. Piper es detenida por un delito de tráfico de drogas cometido hace diez años, cuando mantuvo un apasionado romance con Alex Vause, una problemática y sexy narcotraficante que introdujo indirectamente a Piper en el mundo de las drogas. Chatman, su nombre de ahora en adelante, cumplirá un año y medio de condena en la cárcel de mujeres de Litchfield. Allí, conocerá a una serie de mujeres muy particulares con las que convivirá a lo largo de todo un año. Pero para desgracia de Piper, la cárcel será mucho peor de lo que había imaginado.
Una comedia dramática creada por Jenji Kohan y producida por Lionsgate televisión. Emitida por primera vez en el canal Netflix el 11 de julio de 2013 con un total de 13 episodios. El 6 de junio de 2014 se emitía la segunda temporada completa, también de 13 episodios. La serie se basa en la vida de Piper Kerman, autora del best seller autobiográfico “Orange is the new black: My year in a woman prisión”, donde relata su experiencia en la cárcel.
Orange is the new black, se suma al éxito de otras series exclusivas del canal Netflix, como House of cards, Arrested development o Hemlock Grove. En este caso, la cadena ha apostado por una historia de mujeres, aunque no necesariamente orientada únicamente a ellas. Cierto que las protagonistas indiscutibles son féminas, pero su planteamiento hace que sean interesantes para ambos géneros.
Como en toda serie en la que hay varios personajes principales o semiprincipales, Orange tiene un eje al que podríamos llamar principal; Piper Chatman (Taylor Schilling) y su vida. Alrededor de Piper orbitan su prometido Larry Bloom (Jason Biggs), su mejor amiga Polly Harper (Maria Dizzia), y la razón por la cual la perfecta vida de Piper se desmoronó, Alex Vause (Laura Prepon.). En la primera temporada, nos muestran la actual vida de Piper en la cárcel alternando con flashback de su vida pre cárcel y sus relaciones tanto con Larry como con Alex en forma de flashbacks (un recurso narrativo muy utilizado últimamente en las series y que si se sabe utilizar suele quedar bastante bien para dar profundidad a los personajes). Veremos a Piper sufrir al llegar a la que será su casa durante más de un año y adaptarse a su nuevo entorno y normas que rigen la cárcel de Litchfield. Todo ello sazonado con mucho humor negro y bastante sexo.
Como en toda serie en la que hay varios personajes principales o semiprincipales, Orange tiene un eje al que podríamos llamar principal; Piper Chatman (Taylor Schilling) y su vida. Alrededor de Piper orbitan su prometido Larry Bloom (Jason Biggs), su mejor amiga Polly Harper (Maria Dizzia), y la razón por la cual la perfecta vida de Piper se desmoronó, Alex Vause (Laura Prepon.). En la primera temporada, nos muestran la actual vida de Piper en la cárcel alternando con flashback de su vida pre cárcel y sus relaciones tanto con Larry como con Alex en forma de flashbacks (un recurso narrativo muy utilizado últimamente en las series y que si se sabe utilizar suele quedar bastante bien para dar profundidad a los personajes). Veremos a Piper sufrir al llegar a la que será su casa durante más de un año y adaptarse a su nuevo entorno y normas que rigen la cárcel de Litchfield. Todo ello sazonado con mucho humor negro y bastante sexo.
Pero lo que hace de esta serie una experiencia realmente adictiva son las singulares reclusas que habitan Litchfield. Ellas son el verdadero motivo del éxito de Orange is the new black. Son personajes definidos y redondos, con unas interesantes historias detrás. Y no son pocas, habrá sin exagerar más de 20 personajes secundarios recurrentes. Divididas en “guetos”, tenemos al grupo de las “blancas” liderado por Miss Claudette Pelage (Michelle Hurst) compañera de celda de Piper, y Galinda Reznikov (Kate Mulgrew), más conocida como “Red”, encargada de la cocina de la cárcel y reina del contrabando en la prisión. En el grupo de las afroamericanas destacan Tasha “Taystee” Jefferson (Danielle Brooks) y Poussey Washington (Samira Willey) dos jóvenes con mucho sentido del humor y que aportan un poco de alegría a las demás reclusas, y Sophia Burset (Laverne Cox) una transexual de gran sensibilidad, peluquera y consejera a la vez. El bando latino lo integran Gloria Mendoza (Selenis Leyira) mujer de carácter, que se convertirá en rival de Red por el control de la cocina, Dayara Garcia (Dascha Polanco) joven aficionada al manga y anime y dibujante amateur, que mantiene un romance secreto con Jhon Bennett (Matt McGorry) uno de los guardias de la prisión. Maria Ruiz (Jessica Pimentel), La flaca (Jackie Cruz), y la madre de Dayara completan el grupo latino.
Y por último, el grupo de las peligrosas o mentalmente inestables; Tiffany “Pennatucky” Doggett (Taryn Manning), una mujer fanatico religiosa con muchos admiradores fuera de la prisión. Siniestra, desagradable y con tendencias psicópatas será uno de los grandes problemas de Piper en prisión; Susan Warren (Uzo Aduba), conocida como “Crazy Eyes” por su mirada intensa y perturbadora. Susan es una chica obsesiva y de carácter voluble, aunque en el fondo solo es una joven que no sabe adaptarse socialmente; Alex Vause (Laura Prepon), el gran dolor de cabeza de Piper y su gran amor. y aunque no sea una reclusa, sino la gran jefa de la prisión, Natalie Figueroa (Alysia Reiner), esposa de un candidato a senador, a esta mujer no le importa nada la seguridad o el bienestar de las reclusas que tiene a su cuidado. Se dedica a gastar los fondos de la prisión en zapatos y ropa de marca, además de en otras actividades menos legales.
Vistas las dos primeras temporadas de la serie, podemos decir que la historia no ha perdido su frescura original y sigue manteniendo ese buen ritmo con el que comenzó. Quizás, en mi opinión, en esta segunda temporada han metido más tramas de “relleno”, como la historia de Piper con su abuela o la ya cansina trama de Dayara y Bennet (espero que de una vez por todas le den carpetazo en la tercera temporada). Luego están las típicas escenas de sexo lésbico que no podían faltar, aunque ya se pasan un poco. Nunca he estado (espero no estarlo nunca) en una cárcel de mujeres, pero no creo que todas las internas o el 90% de ellas tengan relaciones lésbicas entre ellas. No lo sé, pero me parece poco probable. Aunque ya sabemos cómo son las series y sus estrategias para subir audiencia (en este caso, audiencia masculina, que nunca viene mal). Se ha confirmado una tercera temporada para el 2015, espero que la trama tenga algo más de contenido que esta segunda, que para tener 13 capítulos de una hora (el último de hora y media), no nos ha aportado tanto como la primera. Sería una lástima que arruinaran una buena serie como esta solo por estirar el chicle.
Vistas las dos primeras temporadas de la serie, podemos decir que la historia no ha perdido su frescura original y sigue manteniendo ese buen ritmo con el que comenzó. Quizás, en mi opinión, en esta segunda temporada han metido más tramas de “relleno”, como la historia de Piper con su abuela o la ya cansina trama de Dayara y Bennet (espero que de una vez por todas le den carpetazo en la tercera temporada). Luego están las típicas escenas de sexo lésbico que no podían faltar, aunque ya se pasan un poco. Nunca he estado (espero no estarlo nunca) en una cárcel de mujeres, pero no creo que todas las internas o el 90% de ellas tengan relaciones lésbicas entre ellas. No lo sé, pero me parece poco probable. Aunque ya sabemos cómo son las series y sus estrategias para subir audiencia (en este caso, audiencia masculina, que nunca viene mal). Se ha confirmado una tercera temporada para el 2015, espero que la trama tenga algo más de contenido que esta segunda, que para tener 13 capítulos de una hora (el último de hora y media), no nos ha aportado tanto como la primera. Sería una lástima que arruinaran una buena serie como esta solo por estirar el chicle.
Orange is the new black es fresca, original, gamberra, con algún momento dramático, y sobre todo muy amena y divertida. No podemos decir que esté a la altura de otras producciones de Netflix como House of cards por ejemplo (eso son palabras mayores), pero compensa sus cadencias con su buena narrativa y personajes. Pocas series he visto que tengan un control tan bueno de las tramas y de las relaciones de sus personajes sin que la historia se haga pesada en ningún momento. Además de las actuaciones de todas ellas, creíbles y emotivas. Realmente llegas a creerte sus personajes. Os aseguro que si tenéis los 26 capítulos a mano, los devorareis de seguido sin daros cuenta, como un paquete de pipas. Serie muy recomendable para disfrutar este verano.